El príncipe y su bur... Caballo
Y el príncipe, tras cien años esperando, apareció montado en un precioso burro para rescatar a su amada del sueño eterno en el que….
- ¡Tú si que eres burro! El príncipe tiene que ir montado a caballo, no en un burro…
- Bueno, ¿y qué más da? ¿Cien años esperándolo y lo criticas por venir montado en un burro? Como te oiga es capaz de dar media vuelta…
- Es cierto. Pero escribe que venía montado a caballo. Si la princesa se entera, la tenemos durmiendo cien años más…
Un amanecer de Lunes
cargado de embriaguez,
de sueños y emociones,
por empezar otra vez.
De nuevo un giro
ha tumbado mi vida.
De nuevo mi orgullo
me llevará a la tumba
de los sueños rotos,
por la esperanza perdida
en algún parque remoto.
En su paraguas escondida
buscando un camino,
allí estaba mi perdición.
Me crucé con la melodía
que nació de su corazón.
Sus labios eran el veneno
sus ojos eran de fuego.
Su pelo como olas eternas,
su piel como el desierto.
Volví a caer en tu maldición,
para vagar eternamente,
escondido entre las sombras
que me enseñaron a perderte.
Por Tomás Damián Mora Podio