Algo busco en el cielo,
una estrella que me de aliento,
un color que no sea negro,
un amanecer junto a tu pelo.
Pero no encuentro nada,
sólo el vacío me ampara.
Sólo miro al infinito
y recuerdo que me hundo
en la soledad del mar,
herido de remordimiento.
El fuego destrozó mi alma,
y mi corazón quedó congelado.
Un sueño infinito llenó mi habitación
de una oscuridad espesa e invencible
que ninguna luz pudo desvelar,
y ningún día dejará de cerrar
la puerta tras esconderse
en el armario más desastroso,
en los cajones de mi mente.
Por Tomás Damián Mora Podio
Construir la Torre de tu Vida
Naufragó en sus pensamientos durante un tiempo, con el ruido del repiqueteo del agua contra coches, suelo, toldos,... Por un momento se sintió muerto en vida. Y fue entonces cuando ocurrió. Un hombre de tez oscura y edad prolongada apareció ante él como de la nada, le cogió del brazo y le guió hacia un pequeño museo cercano.
Cuando entraron en el museo, Fernando se quedó observando atentamente a un niño que construía una gran torre de naipes en la entrada. Sólo entonces, fue cuando aquel extraño hombre habló:
“¿Ves a ese niño? Tienes mucho que aprender de él. Tú has fracasado en la vida porque no has sabido construir torres como estas. Hace falta asegurar los cimientos para continuar con la construcción. Tú no los aseguraste. Ahora ve y ayúdale a construir su torre. De esa manera, empezarás a construir la torre de tu vida. Recuerda que eres tú quién construyes tu vida, y no al revés.”
Cuando Fernando se volvió, el hombre ya había desaparecido. No se sabe dónde fue, pero su enseñanza sigue viva en su corazón. Gracias a aquel hombre, la vida de Fernando cambió.
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Bueno, no comento ni nada, lo he escrito muy rápido porque hay una parada programada del servicio de blogspot por mantenimiento en unos minutos y si me alargo mucho no me dejan actualizar bien.
Un saludo a todos, mañana hablaré de mis dos series favoritas, Dexter y Heroes.