Deja que la poesía fluya,quémame con tus labios
y fúndete conmigo en un único instante.
Deja que el mar escriba poemas
en la arena y moje tus pies.
Deja que el Sol ilumine tu sonrisa
y que mis dedos acaricien tu piel.
Déjame volar entre las nubes,
entre tu pelo esconderme
y como un niño jugar con tus rizos.
Deja que los sueños se apoderen de ti,
y escribe con sonrisas tu historia,
una historia en la que el tiempo
no tenga fin, y donde y tu yo viajemos
hasta los confines del mundo,
más allá de Australia,
donde el tiempo no pasa,
donde todo es eterno
y no tengamos fecha de caducidad.
y fúndete conmigo en un único instante.
Deja que el mar escriba poemas
en la arena y moje tus pies.
Deja que el Sol ilumine tu sonrisa
y que mis dedos acaricien tu piel.
Déjame volar entre las nubes,
entre tu pelo esconderme
y como un niño jugar con tus rizos.
Deja que los sueños se apoderen de ti,
y escribe con sonrisas tu historia,
una historia en la que el tiempo
no tenga fin, y donde y tu yo viajemos
hasta los confines del mundo,
más allá de Australia,
donde el tiempo no pasa,
donde todo es eterno
y no tengamos fecha de caducidad.
Tomás Mora Podio
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Está bien pero no me termina de convencer después de ver algunas de las últimas, donde seguías los consejos de un poeta (Arturo Tendero) y habías mejorado mucho el ritmo, igualmente se agradece.
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Querido hermano:
Sé que, tras tantos años sin saber nada el uno del otro, esta carta parece poco para arreglar todos nuestros problemas y olvidar los años que hemos perdido juntos, pero no puedo hacerlo de ninguna otra manera. Antes, mi orgullo me impedía ir a visitarte, pedirte perdón por cómo me porté contigo; ahora, sin embargo, son mis piernas las que no acceden a que tal deseo se cumpla. Es mi cuerpo quien impide que me disculpe personalmente contigo.
Hace dos meses que lo se, tengo una enfermedad degenerativa que se está apoderando de mi sistema muscular. La enfermedad avanza muy deprisa, y ya ni siquiera puedo hablar. No espero darte lástima, ni que te arrepientas de no haberme perdonado cuando tuviste la ocasión. Lo único que quiero ahora es seguir siendo tu hermano, como antes. Y, si es posible, verte en mi funeral.
Un abrazo,
Tu hermano menor.
Querido hermano:
Sé que, tras tantos años sin saber nada el uno del otro, esta carta parece poco para arreglar todos nuestros problemas y olvidar los años que hemos perdido juntos, pero no puedo hacerlo de ninguna otra manera. Antes, mi orgullo me impedía ir a visitarte, pedirte perdón por cómo me porté contigo; ahora, sin embargo, son mis piernas las que no acceden a que tal deseo se cumpla. Es mi cuerpo quien impide que me disculpe personalmente contigo.
Hace dos meses que lo se, tengo una enfermedad degenerativa que se está apoderando de mi sistema muscular. La enfermedad avanza muy deprisa, y ya ni siquiera puedo hablar. No espero darte lástima, ni que te arrepientas de no haberme perdonado cuando tuviste la ocasión. Lo único que quiero ahora es seguir siendo tu hermano, como antes. Y, si es posible, verte en mi funeral.
Un abrazo,
Tu hermano menor.
Sara López
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Los hermanos no deberían pelearse nunca(aunque que lo diga yo que soy hijo único deja mucho que desear),pero igualme agradezco mucho este microrelato.
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Espero que os haya gustado y ya sabéis, mañana más.
