Ábreme tu corazón,
salón de las mil maravillas.
Déjame en él un rincón
para esconderme de mis pesadillas.

Si me pierdo perdóname,
aún no conozco el camino
para poderte conocer
y cambiar mi destino.

Quiero conocer tus anhelos,
que recuperes lo perdido.
Quiero atravesar tu piel
y enloquecer tus sentidos.

Quiero darte alas
y construirte un palacio
sobre las nubes y a tu lado
dormirme muy despacio.

Por Tomás Damián Mora Podio

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