El cielo se cae como un muro
de un gris dorado y azul cristal
mientras yo me quedo mudo
y me pierdo en la oscuridad.

Sólo necesito escribir,
perderme y navegar
entre mis versos más profundos
que siempre huelen a mar.

Sólo necesito un descanso,
no un volver a empezar,
no levantarme despacio,
mañana sólo quiero gritar.

Ahora me siento, alejado
de los movimientos de la ciudad
observando el cielo desde el palco,
reconstruyendo la realidad.

Por Tomás Damián Mora Podio

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