Vivimos en una colmena,
en una jungla de cemento,
pero vale la pena
pararse un momento

y vaciar los pulmones,
simplemente gritar
y que tus gritos los ahogue
el silencio del mar.

Parar a tomar aire,
nos merecemos descansar,
escapar, no escuchar a nadie,
que no te puedan molestar

y que se apague el mundo fuera.
Mira en tu interior,
túmbate, duerme o pasea,
dialoga con tu corazón.

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