Los que me conocen saben que me gusta mucho leer, además, soy de esos lectores no muy amigos de las bibliotecas y que siempre tienen un libro a mano. En el artículo de hoy encontraréis una lista de sugerencias para este mes de agosto, yo dejo los títulos y google el resto.

Trato de leer de todo pero la literatura fantástica sigue siendo mi género favorito, de todas formas he intentado hacer algo equilibrado en géneros y he seleccionado sólo mis libros favoritos:

-Miguel Strogoff ( Clásicos )
-Los tres mosqueteros ( Clásicos )
-Robin Hood ( Clásicos )
-Cualquier libro de Sherlock Holmes ( Clásicos )
-La obra entera de Edgar Alan Poe ( Clásicos )
-Azincourt ( Ficción histórica ; también lo recomiendo para leer en inglés )
-Cuentos y leyendas de terramar ( Novela fantástica )
-The magicians´guild ( Novela fantástica; yo la leí en inglés pero creo que hace un par de meses que está disponible en español )
-Saga "Dresden Files" ( Novela fantástica - Inglés )
-Saga del brujo Geralt de Rivia ( Novela fantástica )
-La tabla de Flandes ( Intriga )
-Madness of angels ( Novela fantástica )
-Gladiador ( Ficción histórica )
La lista no es tan grande como mi colección pero estos son los libros que más me han gustado e inspirado y los que le recomendaría a cualquier amigo en busca de consejo; estoy seguro de que me he olvidado de bastantes pero eso es lo bueno de no ser amigo de las bibliotecas, en cuanto acabe este artículo puedo levantarme e ir recordando con echar un vistazo a mi estantería.

Sé de sobra que mis amigos estarán pensando: "Aquí me falta algo ... ¿dónde está la trilogía de Brent Weeks? Si Luis siempre la está nombrando." Y por eso todavía no he hablado de ella, porque me la dejo para mención especial; para los no-seguidores de "English for dummies" os puedo decir que es una trilogía fantástica que a mí me apasiona, es dificil describirla, lo mejor es leerse el libro; dicha obra será publicada en español en noviembre. Yo estoy hablando con el autor y trabajando en algo relacionado, ya os contaré más adelante.

Para terminar tengo que hacer otra mención especial, la saga de Mundodisco, de Terry Pratchett. Es una obra de incontables volúmenes que siempre ha estado en mi lista de lectura pendiente hasta que este verano me decidí a empezarla, no tiene desperdicio, combina literatura fantástica con mucho, mucho, mucho humor. Todos los libros ( menos los tres primeros ) son independientes, vamos, que no hay que írselos leyendo en orden ni te quedas con la intriga al final de cada uno, así que he decidido citar un par de textos del que me estoy leyendo ahora ( "Dioses menores" ) :

(Este fragmento aparece cuando los protagonistas, que son una caricatura de los cristianos, viajan a una ciudad similar a la antigua Grecia)

— ¿Qué es un filósofo? —preguntó Brutha.
— Alguien lo bastante listo para buscarse un trabajo en el que no hay que levantar objetos pesados —dijo una voz dentro de su cabeza.
—Un infiel en busca del justo destino que recibirá con toda certeza —dijo Vorbis —. Un inventor de falacias.
Esta ciudad maldita los atrae igual que un montón de estiércol atrae a las moscas.
—En realidad es el clima —dijo la voz de la tortuga—. Piensa un poco. Si eres el tipo de persona que salta de su bañera y corre calle abajo cada vez que cree haber tenido una gran idea, entonces no quieres hacerlo en un sitio donde haga mucho frío. Si haces eso en algún sitio donde haga mucho frío, te mueres. Selección natural, eso es lo
que es. Efebia es famosa por sus filósofos. Es mejor que el teatro callejero.
— ¿El qué, un montón de viejos desnudos corriendo por las calles? —murmuró Brutha mientras reanudaban la marcha.
—Más o menos. Si pasas todo tu tiempo pensando en el universo, tiendes a olvidarte de las partes menos importantes de él. Como tus pantalones. Y noventa y nueve de cada cien ideas que se les ocurren son totalmente inútiles.
— ¿Y entonces por qué alguien no los encierra donde no molesten? No me parece que sirvan de mucho —dijo Brutha.
— Porque la idea número cien generalmente es la repanocha — dijo Om.
— ¿Qué?
—Mira la torre más alta de la roca.
Brutha miró hacia arriba. En lo alto de la torre y sujetado por bandas metálicas, había un gran disco que relucía bajo el sol de la mañana.
— ¿Qué es? —murmuró.
— La razón por la que Omnia ya casi no tiene flota —dijo Om—. Ese es el motivo por el cual vale la pena tener siempre unos cuantos filósofos cerca. En un momento dado todo se reduce a Es Verdad Belleza y Es Belleza Verdad y Hace Algún Ruido un Árbol que Cae en el Bosque si No Hay Nadie Allí para Oírlo, y justo cuando piensas que van a empezar a babear uno de ellos dice, por cierto, colocar un reflector parabólico de diez metros en un lugar elevado para que dirija los rayos del sol contra los barcos del enemigo constituiría una demostración muy interesante de los principios ópticos —añadió —. A los filósofos siempre se les están ocurriendo asombrosas
ideas nuevas.

(Este segundo fragmento es de cuando deciden preguntarles a los filósofos sobre los dioses)

—Uh, quiero saber algunas cosas sobre los dioses —dijo Brutha.
Los filósofos se miraron.
— ¿Dioses? —dijo Xenón—. Los dioses no nos interesan en lo más mínimo. Reliquias de un sistema de creencias periclitado, eso es lo que son.
Un rumor de truenos resonó en el cielo despejado del atardecer.
—Salvo el Ciego Io el dios del Trueno —siguió diciendo Xenón, sin que su tono cambiara apenas.
Un relámpago destelló a través del cielo.
—Y Cubal el dios del Fuego —dijo Xenón.
Una ráfaga de viento sacudió las ventanas.
—Aunque Flátulo el dios de los Vientos tampoco está nada mal —dijo Xenón.
Una flecha se materializó en el aire y se incrustó en la mesa junto a la mano de Xenón.
—Seurus el Mensajero de los dioses, uno de los grandes de todos los tiempos —dijo Xenón.
Un pájaro apareció en el umbral. Al menos tenía un vago parecido con un pájaro. Mediría unos treinta centímetros de altura, era blanco y negro, y tenía el pico torcido y una expresión que sugería que lo que más temía que le sucediera, fuera lo que fuera, ya le había sucedido.
— ¿Qué es eso? —preguntó Brutha.
—Un pingüino —dijo la voz de Om dentro de su cabeza.
— ¿Pátina la diosa de la Sabiduría? No hay otra como ella —dijo Xenón.
El pingüino le soltó un graznido y después se marchó con andares tambaleantes para perderse en la oscuridad.
Los filósofos parecían bastante desconcertados. Finalmente Ibíd dijo:
— ¿Foorgol el dios de las Avalanchas? ¿Dónde están las nieves más próximas?
—A doscientos kilómetros de aquí —dijo alguien.
Esperaron. No ocurrió nada.
—Reliquia de un sistema de creencias superado —dijo Xenón.
Ni un solo muro de muerte blanca en estado de congelación apareció en ningún lugar de Efebia.
—Mera personificación inconsciente de una fuerza natural —dijo uno de los filósofos, levantando la voz. De pronto todos parecían mucho más animados.
— Culto primitivo a la naturaleza. —No te daría ni dos chavos por él.
— Simple racionalización de lo desconocido.
— ¡Ja! ¡Una astuta ficción, un hombre del saco con el que asustar a los débiles y los estúpidos!
Las palabras surgieron por sí solas dentro de Brutha. No pudo contenerse.
— ¿Siempre hace tanto frío? —preguntó—. Cuando venía hacia aquí me pareció que hacía mucho frío. Todos los filósofos se apartaron de Xenón.
—Aunque si hay una cosa que se pueda decir de Foorgol —dijo Xenón—, es que siempre ha sido un dios muy comprensivo. Sabe reír un chiste tan bien como cualquier hijo de... de los cielos. Miró rápidamente a un lado y a otro. Pasados unos momentos los filósofos se relajaron, y parecieron olvidarse por completo de Brutha.

Yo me despido que en menos de una hora cojo un autobús a Carcelén, un pueblo donde voy a pasar un par de días, igual puedo actualizar antes del viernes si encuentro algún sitio con wifi.


¡Feliz tarde de lectura!

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