Sin título


Por fin sale el Sol

tras una fría y larga noche.

Por vuelvo a ser yo

sin nada que me destroce.


La sangre vuelve a correr

fresca y nueva, como un río joven.

La esperanza vuelve a nacer

como los animales en el bosque.


La magia vuelve a mí,

tras abandonarme seis meses.

Las sonrisas vuelven a salir

tras esconderse muchas veces.


El fuego se perderá al fin,

esperando que alguien lo encuentre.

Escondido bajo el puente

que separa mi cordura de ti.

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Elena



Cuando finalmente llegó, se sentó en un viejo banco donde años atrás su padre depositaba la cesta con los peces pescados, que luego se cocinaban en los fuegos de la casa de la abuela. Todo lo que se cocinaba en casa de la abuela estaba riquísimo. Sabía a experiencia y a sabiduría.

Fijó su vista en el agua del río. Recordó lo que su padre le había dicho un día:

- Elena, no se te ocurra nunca venir sola aquí en invierno. El agua está demasiado helada y cinco minutos en ella bastarían para morirte.

A Elena le encantaba nadar por el río. En verano el agua bajaba mucho más mansa, y no había ningún peligro. Además, el calor sofocante de la zona se apaciguaba increíblemente cuando te zambullías en aquellas aguas frías.

Elena decidió que ya había llegado el momento. Pensó en sus padres, ya ancianos; en sus hermanos pequeños, con toda una vida por delante; en su perrita Lula, tan cariñosa ella; y en su novio, Carlos, que tanto le había apoyado y que tanto insistió en buscar solución a su problema. Se había portado mal con todos ellos. Su obsesión por el juego la había convertido en un muñeco frío y egoísta que destrozaba todo cuanto encontraba a su paso.

Quiso dar su último suspiro, cerró los ojos y se encaminó hacia el límite del río. Sintió el viento alentador en sus entrañas y se dejó caer. Por última vez, se dejó llevar por el entorno y cayó en un profundo vacío.

Transcurrieron unos segundos hasta que Elena volviera en sí. No notaba el agua, no sentía frío e incluso podía respirar. ¿Qué sucedía? No entendía nada. Abrió los ojos y lo que vio la hizo estremecerse. ¿Habría muerto ya?


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