Muchos vimos nacer al personaje del Follonero en Buenafuente, ese actor oculto entre el público que aparecía de vez en cuando para criticar el programa.
Un buen día consiguió su propio programa, “Salvados”, y entonces, muy poco a poco nos empezamos a dar cuenta de que allí donde sólo habíamos visto un humorista se escondía un perodista despierto, crítico y con mucho que ofrecer. Es cierto que cuando empezó el programa todavía tenía bastante de comedia pero conforme han ido estrenando nuevas temporadas todo se ha ido volviendo más serio.
Recuerdo cuando pusieron los primeros capítulos de “Salvados”, en mi casa poníamos la televisión para ver qué decía Jordi y en que follones se metía. Comenzaba la entrevista sin que nada resaltase y entonces,¡zas!, soltaba una pregunta a “mala leche” y la cara del entrevistado cambiaba por completo. Todos los espectadores también nos quedábamos de piedra pensando cosas como: “Ya está, le va a soltar una torta en la cara” , y es en este momento cuando nos tenemos que dar cuenta de lo mal que están las cosas. ¿Acaso se deberían evitar preguntas que incomoden al entrevistado? Estamos tan acostumbrados a la entrevistas pactadas que sólo sirven para que el político de turno se luzca que nos hemos olvidado de lo importante, las preguntas críticas, las que importan y las que nadie quiere hacer.
¿Por qué los demás periodistas no hacen lo mismo? Creo que la respuesta nos la imaginamos todos, como periodista llevarte mal con determinadas personas te puede costar exclusivas o hasta el trabajo y hay poca gente dispuesta a correr el riesgo. Todo esto es bastante deprimente, la gente que tiene el deber de informarnos no se moja y prefiere mantenerse alejada de los problemas.
Pero “Salvados” no sólo destaca por su sinceridad, algo que también me ha gustado mucho siempre es lo bien que informan. Si nos ponemos a leer un artículo sobre algún tema algo más complicado, como la economía, lo más normal es que nos encontremos muchos términos y expresiones que , por muy bien que queden, nos confunden más que nada. Cuando Jordi habla consulta a algún experto y éste empieza su explicación se puede ver como le va cortando y le dice: “Un momento, vamos a ver qué significa esto de verdad …” o “Yo con esto no me termino de aclarar, ¿podríamos decir que … ?”, y cuando acaba la entrevista sientes que todo ha quedado perfectamente claro y que de verdad has entendido el problema.
Al final no se puede tener contento a todo el mundo, “Salvados” ha sido acusado de estar más del lado del PSOE por ser de la Sexta y cosas por el estilo; cualquiera que haya visto un par de capítulos sabe que Jordi mete caña a quien le toque, independientemente del partido al que esté afiliado.
Por todas estas razones no me canso de decir que Jordi Évole debería ser un ejemplo a seguir en lo que al periodismo se refiere. Crítico, sincero e informativo, poco más se le puede pedir a un programa de este tipo. Hacía mucho tiempo que disfrutaba tanto con un programa de la televisión española y espero que dure mucho.
Os adjunto una entrevista que le hizo Gabilondo, no os la perdáis.